Para Andrés. Con mi cariño y admiración.
Andrés había salido de trabajar bastante tarde. Ese día estaba especialmente cansado.
Como todos los días, llegó a casa con intención de darse una ducha e irse a descansar-
Entró en el cuarto de baño, se miró al espejo y en ese momento se fue la luz. Al mirar a su través, le pareció ver reflejada en el cristal una fortaleza rodeada de antorchas de fuego. Las imágenes se fueron haciendo cada vez más nítidas. Iban pasando como si de una película se tratara.
Vio un castillo, parecia de la época mediebal. En su interior una mesa redonda con unos caballeros alrededor.
Uno de los hombres estaba hablando.
Portaba una bella espada entre sus manos.-
Andrés podia ver y entender lo que decían a pesar de que el lenguage era antiguo.Aquel hombre hablaba de un legado y decía así.
Yo soy Arturo Pendragon, rey de Camelot y lo que hablemos hoy aquí sera trascendente en el tiempo.
A través de los anales de la historia de la humanidad se hablará de él.
Este es mi legado para todos aquellos que quieran escuchar.
Todos juntos podeis transformar la cultura de violencia, para esta nueva evolución se exige la participación de cada uno de vosotros y así poder ofrecer a las futuras generaciones valores con los que forjar un mundo mejor, más justo, más solidario, más libre y armonioso.
Un gran corazón solo va en busca de la verdad y un rey no es ni más ni menos que cada uno de vosotros, cincelado desde el interior, como esta espada sagrada.
Excalibur. Forjada a través de los pensamientos, emociones y acciones de todos.
Debeis tratar con respeto a todas las personas con las que compartís, al igual que con las que coincidís aunque sea por un breve instante. Es así como se consigue dar el lugar que merece cada uno.- De la mísma manera algunos de ellos harán lo mísmo, otros quizá no. Pero es así como la evolución se abre camino.
Uno a uno al tiempo que todos juntos.
Os recomiendo que no os distraigaís demasiado con las cosas mundanas y mireís el verdadero camino que se halla en vuestro interior. Todas esas preocupaciones que os hacen sufrir, os hacen al tiempo evolucionar, os marcais metas que requieren grandes esfuerzos y pérdidas de energía, pero un día aprendereis a vivir de una forma más sencilla. Entended que ello no quiere decir que tengais que desestimar vuestras obligaciones externas ya que como las gestioneis os aportarán conocimiento y os ayudarán en vuestra evolución.
Teneís el poder de influir en los demás por lo que es muy importante ser conscientes de vuestras acciones.
La paz, la verdad, el orden, la armonía, empiezan en uno mísmo. Este es el verdadero legado de un rey.
Cada hombre o mujer lidera sus batallas en un campo distinto, pero siempre implica a alguien en ellas.
Recordad que solo podeis ostentar aquello que habeis conseguido por vuestros propios méritos y hacedlo con humildad, que vuestras responsabilidades no sean como una pesada carga, sino como un privilegio de ayuda y servicio.
Todas vuestras misiones os las encomendais vostros mísmos, por lo que la única voluntad a la que debeis servir es a la Divina Gracia. La Sagrada Presencia que habita en cada uno de vosotros, ese es el verdadero liderazgo y esa voluntad solo puede ser, para servir y guiar.
Las imágenes se iban perdiendo.
Una luz en el fondo del espejo, nuevamente su imagen.
Volvió la luz, Andrés estaba sorprendido pensaba que lo que había visto era fruto del cansancio, le dolia la cabeza, a pesar de ello se sentía privilegiado de haber sido testigo de aquella visión, de aquel legado, de aquel mito de la historia de la humanidad, de aquella mesa redonda en la cual los caballeros precedían al rey a la hora de sentarse, donde no había cabeceras. Nadie presidía.
Como el mísmo Arturo dijo yo soy uno entre vosotros ni más ni menos
Para Andrés este legado no es nada nuevo puesto que esa es su manera de hacer.Pero una experiencia así siempre sera algo inolvidable.
No podía dedicarte una historia que no fuera un reflejo de ti.
Gracias a todos por leerme y por la ayuda que recibo para poder escribir vuestras historias. Un beso muy muy grande.
Luz y progreso.
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