Dedicado a mi amiga Maria.
Maria vive en la bella Italia, en Roma.Una tarde decidió ir a pasear y entrar en una capilla para rezar, callejeando encontró una pequeñita. Entro no había nadie, solo las luces de las velas.
Un agradable olor a incienso envolvía aquel ambiente dando una sensación de recogimiento y paz. Se persignó y se arrodilló en uno de los bancos, estuvo así un largo rato en oración.
Totalmente abstraída, se incorporó para sentarse y vio sentado a su lado a un hombre de muy buena apariencia que la miraba.
Maria se asustó porque no le había oído acercarse.
Con la de bancos que hay en toda la capilla como ha ido a sentarse a mi lado. Pensó.
El, sabiendo de su pensamiento, le sonrió y la saludó muy cortesmente con un muy buenos días hermana, seas loada.
Sorprendída, le preguntó si se conocían.
El le respondió.
Todos los días me pides que te ilumine y te guie, que te ayude a encontrar la conexión con tu yo interior, el camino hacia el Padre-Madre.
Maria no comprendía nada, en un instante aquel hombre fue cambiando su aspecto y transformándose, tal como ella le conocia. Aquella amada presencia a la que todos los días rezaba, aquel ser dorado y luminoso del cuadro que ella tenía en su casa y que representaba al arcángel Jophiel, que tanto reverenciaba.
Maria se arrodilló y juntó sus manos en señal de oración, Jophiel le puso sus etéreas manos en la cabeza llenándola de una luz radiante, diciéndole.
Levántate hermana, por favor, reverencia sólo ante el Padre- Madre Universal.- en la intimidad de tu alma.
Mi nombre significa Luz de Dios, soy uno de los siete arcángeles de la presencia, proveo de sabiduría, iluminación, estabilidad y belleza a todos aquellos que con fe me invocan, yo penetro en lo más profundo de la conciencia humana haciendo que con mi luz se pueda ver allí donde la oscuridad no lo permite, ya a llegado el tiempo de que tus plegarias sean atendidas. Posees conocimiento, sabiduría y belleza a raudales, pero no buscas en el lugar adecuado para que la creación pueda perfeccionarse.
A de ser a través de tí, por lo que yo te ayudaré y hare que ese don que tú ya tienes lo manifiestes y cumplas tu misión, extender el conocimiento a todas aquellas personas que encuentres en tu camino y deseen experimentar la sabiduría que brota de la fuente divina que hay en el interior de cada uno de vosotros. Yo te instruiré para que tengas una visión clara de las cosas y de su misión ante la Divina y Eterna Presencia. Que analices todo lo que los seres humanos habeis hecho con la creación, para que los ayudes a reconocer con suma compasión sus aciertos y errores al igual que los tuyos y podais enderezar la senda por la cual un día decidisteis caminar y emprender el camino de regreso hacia la eternidad, hacia vuestro verdadero hogar. Aquel del que un dia creisteis salir para experimentar separadamente.
Enseñando aprenderás a recordar que formas parte de lo divino e instruirás a otros para que también recuerden quien son y puedan a su vez transmitirlo.
Es a través del conocimiento interior y la experiencia como se llega a ese descubrimiento.
Jophiel juntó sus manos y desapareció, la capilla quedó en silencio, Maria se arrodilló y rezó con gran devoción y gratitud, tenía mucho en que pensar después de lo sucedido, ante ella una espectativa que jamás pudo imaginar.
Se vío involucrada en una gran responsabilidad. Sabía que contaba con la inestimable ayuda de su fe. Fe que la hizo conectar con su arcángel. Lo sabía era real.
En este momento de grandes cambios todos nos hemos de implicar lo más posible en transmitir positividad, los ángeles nos hacen cómplices de su trabajo, aquí en la tierra y es a través de nosotros como pueden expresar su amor hacia la humanidad y nos enseñan a encontrar el conocimiento que nos hace libres. Es conveniente compartir todo aquello que vayamos aprendiendo con aquellos que deseen saber. para que el mundo sea de mejor convivencia.
Gracias Maria por poder escribir tu historia.
Gracias como siempre por leerme y todo mi cariño. Luz y progreso para todos.
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