sábado, 23 de marzo de 2024

Una historia de amistad que nació de una guerra.


Hace siglos que la humanidad vive asediada por las guerras, hermanos contra hermanos que no se conocen, y que no tienen nada que reprocharse, pelean entre si por el capricho o la maldad de unos pocos que lideran el planeta, a los que no les importamos nada.

La humanidad está tan acostumbrada a ver conflictos aquí y allá, que parece que generación tras generación se les ha grabado en el ADN, y que si no les afecta directamente, no tiene interés.

Estamos sometidos a un lavado de cerebro constante, a un escrache de manipulación vergonzoso, todo para enfrentar a unos contra otros, con múltiples excusas, financiando a los medios, y demás organizaciones para mentir crear violencia, destrucción, separación, y enfrentamiento.

Porque increiblemente los que financian toda esta maldad, y no son los que vemos ni mucho menos, odian a la humanidad.

No olvidemos que todos los enfrentamientos, sean del ámbito que sean, están organizadas por los mísmos, que además financian a todos los bandos, tanto en política (colores de partidos), como religiones y guerras. Siempre los mísmos, son una minoria la que ostenta el dinero, el poder y el control de absolutamente todo.

Se usan las guerras entre otras cosas, para reducir población, y lo hacen como ya he dicho antes, con la excusa de la religión, recursos, (alimentación, agua), geopolítica, etc, pero nunca para favorecer a las personas, porque en cualquier enfrentamiento o guerra no gana nadie, aunque se crea lo contrario, solo dolor y sufrimiento, porque aunque haya aparentemente ganadores, se habrán perdido muchas vidas también en ese bando. No gana nadie.

Los que financian y organizan todo ello, nunca están en primera línea, ni tampoco sus hijos, entregan a una muerte segura a otros jóvenes, obligados sin experiencia, y sin ser conscientes estos, que los están utilizando.

Y en este escrito sobre la guerra. En unos enfrentamientos entre dos ciudades de Oriente Medio, sucedió algo hermoso. Dos jóvenes de bandos diferentes, se enfrentaron en combate en tierra, uno hirió gravemente al del bando contrario, el herido era un chico muy joven, apenas 16 años. 

El otro joven, algo más mayor, provenía de una familia que le había enseñado valores y principios. el chico a pesar de su juventud,  y obligado a participar en una guerra sin sentido, actuó bajo su propio código de honor, a pesar de las duras órdenes recibidas, de rematar a los heridos del bando contrario, trasladó como pudo al joven herido, para que fuera curado por su familia, que además eran médicos, poniendo en peligro su vida y la de ellos.

El joven fue curado por la familia del joven " enemigo".

La guerra duró todavia bastante tiempo, se hicieron pactos diplomáticos, para que aquella mascarada impuesta terminara, porque ya no interesaba seguir allí, y tocaba empezar a reconstruir el destrozo material,(dinero) nunca el humano, y empezar a organizar algún nuevo evento bélico en otro lugar, con las excusas de siempre.

Aquellos dos jóvenes, a raíz del terrible suceso que vivieron supieron entender que nada tenian que ver con aquél enfrentamiento generado por intereses ajenos a las personas, y de esa situación nació una sólida amistad más allá de sus diferencias culturales y religiosas. Se propusieron crear un grupo de personas de diferentes ideologías, para trabajar unidos por la libertad y la tolerancia. 

Consiguieron con el tiempo, un local para dar sus charlas y compartir diferencias, impartían conferencias y cursos sin importar las creencias, a aquellos hermanos solo les motivaba la  paz y la unidad.

Juntos se ayudaban mutuamente en lo que podian, al igual que a otras personas aunque no pertenecieran al grupo. 

Y si, no fueron tiempos fáciles, pasaron por muchos enfrentamientos, ya que no hacia mucho que acababan de salir de una guerra, había enemistad entre las personas, el hambre acuciaba, y no había dinero, pero a pesar de ello, siguieron adelante con su proyecto sin ningún presupuesto material, pero contaban con lo más importante, su fuerza su convicción, su fe y determinación de ayudar a otros para mejorar el mundo. 

Pensemos, en lo que se podría hacer con la unión de una mayoría de personas con esos ideales, con esa fuerza, y educar a los futuros líderes e implicarlos en la paz y el bienestar de las personas, respetando, sin imponer las creencias de cada uno.

Recordemos que los que organizan las guerras como cobardes que son, que lo son y mucho, no dan la cara utilizan a sus títeres, que son los que vemos para dar las órdenes, ellos se parapetan detrás de su poder, escondiendo sus verdaderas intenciones para con la humanidad, guerras, hambre, enfermedades y demás inmundas acciones.

Vaya uno a saber a que entidades veneran esta gente, para llegar a provocar tanta maldad en esta tierra.

Pensemos, en los tiempos que estamos, con grandes tecnologias, se puede viajar al espacio, inteligencia artificial, y otros muchos avances, y no se sabe gestionar temas como el agua, la alimentación, sanar enfermedades, por el bién de las personas, por favor es todo muy evidente.

Solo personas despiertas libres, de corazón noble, y de buén hacer, pueden evitar que se sigan cometiendo tales maldades, caminando de pie y no de rodillas. 

Despertando.

Las personas unidas, que realmente sepan quienes son, y respetando sus diferencias, condición o raza, con respeto, educación y buena intención, puede evitar que una minoría manipule al resto.  

Esas personas somos nosotros.

Desde la intención, desde el corazón, entendiendo que todos somos uno, podemos conseguirlo. 

Gracias por leer mis escritos, luz progreso y paz para todo el mundo.