martes, 5 de noviembre de 2019

El sueño de Valentina.

Estimada familia y amigos de facebook, esta es una historia de deseos, de amor, de sueños.

Es la historia de una mujer con un sueño recurrente. Y como ya sabreis, los sueños nos pueden indicar algo premonitorio, o bién algo que está escondido en nuestro subconsciente, y que solo durante el sueño, cuando soltamos tensiones y nuestra alma descansa, puede mostrarse para su comprensión.

Pero no olvidemos que solo podemos comprenderlos si miramos en nuestro interior desde el sosiego, allí están todas las respuestas.

Espero os guste.

Los Ángeles (California) Valentina es una mujer de 45 años, soltera, Trabaja en una galería de arte de las más importantes de la ciudad.

Su jefe Romeo, tiene 40 años, y hace muy buen honor a su nombre.

Hace muchos años trabaja en la galería, siendo la mano derecha de Romeo, además de estar profundamente enamorada de él.

Valentina como he dicho en las presentaciones, tiene un sueño recurrente que la agobia mucho, y es el siguiente.

-Una ciudad que no conoce, ella baja unas escaleras que la llevan directamente al mar, pero esas escaleras al mísmo tiempo están bañadas por el agua. Abajo un hombre de espaldas a ella, esta de pie, con el agua a media pierna. Ella quiere alcanzar al hombre, que aparentemente no conoce, pero solo llega hasta la mitad de las escaleras, lo llama, él no responde, y ella no puede avanzar más.

-Vuelve a subirlas, mira alrededor, la ciudad también está bañada en agua,  piensa que no sabe donde se encuentra, pero que cogerá un autobús, que la llevara a su trabajo. Entonces se despierta.

Con regularidad sueña con ello, y no entiende su significado. Le angustia.

Mientras, en su día a día, vive para el trabajo y para complacer a su jefe, primero porque le apasiona su profesión. Es licenciada en historia del arte,  y luego por lo encandilada que está de ese hombre, que por cierto es muy atractivo.

Ella además de su colaboradora, es su amiga, y  conoce todos los affaires de su jefe, que es un Romeo en toda regla.

Él le cuenta todos los ligues que tiene, para desesperación de Valentina. Además no hay mujer que le dure más de tres días.

Alguna vez Romeo, la ha invitado a cenar en algún restaurante importante de la ciudad. Los Ángeles,
no solo por amistad, sinó por obligada cortesía,  a consecuencia de los machaques de casi a diario de sus affaires. Sea de paso también en el transcurso de la cena, contarle alguna de sus últimas cuitas amorosas más contundentes, a lo que ella atiende con una paciencia y dolor infinitos.

Un día Romeo le dijo, que la invitaba a cenar al restaurante del Hotel Waldorf Astoria Beverly Hills, en el 9850 Wilshire  Boulevard. El Jean Georges Beverly Hills.

Valentina, se quedó pasmada. Si que es importante lo que ha de decirme para hacerme esta invitación, pensó. Este es un hotel de super lujo en esta ciudad y carísimo.

Ella hacia tiempo que quería tener una charla con él, estaba dispuesta de alguna manera a decirle lo que realmente sentía. Y aquella invitación podía ser el momento ideal para ello. O quizá era él el que tenía que hacerle a ella una declaración de intenciones.

El Waldorf Astoria, no es un hotel cualquiera. Pensó ella. Tendré que comprarme ropa.

LLegó la ansiada noche.

Un guapísimo y elegante Romeo la esperaba en el hall.

Valentina esa mañana, había ido a comprarse un vestido precioso, a una boutique de lujo, que frecuentan las actrices de Hollywood.  Ella conocía a algunas de ellas, pues ocasionalmente, pasaban por la galería, para adquirir algún cuadro, o para quedar con su jefe.

Se había recogido el pelo en un moño, que casi se le desbarata de la emoción de ver al hombre del que tan enamorada estaba.

Se acercó a él y lo besó en la mejilla. Estaba atractivo no, lo siguiente.

Madre mía pensó ella.

-Buenas noches Valentina, estás muy guapa.

-Gracias Romeo, tu también.

Se dirigieron al restaurante. En la recepción del mísmo, confirmaron su reserva y una asistente los acompañó a la mesa.

Fueron atendidos de inmediato por el maitre.

-Señores. Buenas noches.

-Desean algo para tomar, mientras les traen la carta?.

Pidieron un jerez.

-Inmediatamente que elijan lo que van a degustar para cenar, vendrá un sommelier (experto en maridaje, administrar la bodega, control de vinos y conservación, etc. ) para recomendarles el vino más adecuado para que su cena sea perfecta.

-Muchas gracias, dijo él.

Una vez elegida la cena, aconsejados los vinos, después de toda la parafernalia que se monta en un restaurante de esa categoría, siguieron los postres. El café y las copas en el bar.

Romeo tomó un whisky y Valentina un coñac.

-Hablaron de trivialidades y del negocio.

-Luego ya más templados por el alcohol.

-Romeo, le preguntó. Te ha gustado la cena?

-Por supuesto,  y muchas gracias por esta espléndida invitación.

- Que menos, querida amiga, siempre estoy dándote la murga con mis historias.

Viendo que pasaba el tiempo y la conversación no llegaba a ninguna parte interesante para ella, y que parecía ser solo de agradecimiento.

-Pensó. Voy a entrar en materia.

-Le preguntó.

-Romeo, estas con alguien ahora?

-Ahora estoy contigo le respondió. Sonriendo.

-Me refiero a si.

-Él no la dejó terminar la frase.

- Se a que te refieres, ya sabes que siempre estoy con alguien diferente.

-Lo se Romeo, ya lo se. Es que tienes miedo a comprometerte.

-No me lo he planteado nunca, y tampoco me importa. Me siento bién así, creo que me costaría mucho ver la mísma cara todos los días, durante toda una vida. Me aburriría.

-Quizá porque no te has enamorado nunca de verdad. Dijo Valentina. Tus padres se llevan bién?, No te has sentido suficientemente valorado. Puede ser por algo de eso?

-Amiga mía, yo me enamoro de cada una de las mujeres con las que salgo, aunque sea para una noche.

-No me interesa ninguna relación que comporte compromiso, no estoy hecho para eso, para ser padre, para complicarme la vida. Para nada. No rotundamente, no.

- Yo soy feliz así, no me interesa comprometerme. Valentina a que viene todo esto. Somos compañeros y amigos desde hace más de veinte años, desde que mi padre me dejó al frente de la galería. Ya me conoces. No entiendo esa insistencia en que me comprometa.

-Mis padres se llevan estupendamente, tu los conoces, mi madre me ha sobreprotegido siempre, quizá eso haga que no quiera tener un compromiso. No se, tampoco me siento inseguro.

-Vivo independiente de mis padres desde hace años, tu has estado en  mi departamento, has venido muchas veces a dejarme documentos y a comer.

-Si lo se, dijo Valentina, pero no entiendo esa cerrazón, esa reticencia tuya a no querer tener una vida como los demás.

- Yo no soy como los demás Valentina.

-Te has dado cuenta de nuestros nombres? Valentina y Romeo, no te sugieren nada especial?

-Si, que es una curiosidad, supongo, pero que,Valentina, que me quieres decir con eso, Me estás diciendo que nosotros dos por nuestros nombres tendríamos que salir juntos. Ser pareja. Es eso?.

- Bueno no me parece tan descabellado, yo estoy enamorada de ti, desde hace muchos años, nos conocemos muy bién, eso es ideal para una relación. Romeo es que no te has dado cuenta que estoy enamorada de ti?.

-Vaya compromiso Valentina, lo siento muchísimo, no quiero que te ofendas, yo no intenté nunca hacerte sentir que mi afecto por ti fuera para algo más que lo que ya somos.

-Lamento el mal entendido y más haciéndote partícipe de mis aventuras con otras mujeres, lo siento muchísimo, de verdad

- Como va a afectar esto a nuestra amistad y colaboración Valentina?

- No lo se Romeo, no lo se, ahora mísmo estoy confundida, había creído que podía tener espectativas de futuro contigo. Me siento contrariada, y mal. Quizá he bebido algo más de lo que estoy acostumbrada.

-Yo creí que a pesar de entrar y salir con tantas mujeres, un día me verías a mí como algo más que una amiga y colaboradora.

- Al estar juntos tanto tiempo, creía que llegarías  a verme y apreciarme de otra forma.

-Creo dijo ella. Que las personas somos como una delicada ecuación y con cada persona con la que compartimos, formamos un hilo conductor que nos hace ser como somos, y que ha de ser con esas personas con las que nos encontramos y no con otras, con las que tejemos esa aritmética, esa ecuación sagrada que nos hace ser lo que somos.

- Valentina eres una mujer increible, pero como dices tú, esa ecuación que formamos las personas, se compone de diferentes fórmulas, unas son parejas, otros hijos, otros amigos, padres, hermanos, etc. No forzosamente esa ecuación que tu dices, se forma solo de parejas.

- Para mi, dijo Romeo, mi ecuación contigo es de las más brillantes, porque creo que la amistad que tenemos, no tiene precio, y aunque estés enamorada de mi, cosa que me honra, te pido por favor, que valores algo que una gran mayoría de hombres y mujeres no contemplan, y que para mi, es un regalo inmenso. Y es nuestra sólida amistad.

-Creo Valentina que el amor va más allá de la mente, de la razón, más allá de la religión, más allá del sexo, más allá de lo explicable con palabras, y verdad es, que tiene diferentes opciones.

Si, el amor es la hebra que cose el universo.

-Pero en esas diferentes opciones, uno no debe aferrarse a las espectativas personales, ya que ellas no ayudan a evolucionar, el secreto es aceptar las cosas como vienen, aceptar los cambios. No dar por supuesto nada, creemos merecerlo todo, por eso no somos agradecidos. Valentina dar gracias, darlas siempre a todo, a quién te ayuda, a tu familia, a tus amigos, a tu trabajo, a todo lo que tienes, porque hay muchas personas que no tienen tanta suerte como nosotros.

-Es cierto Romeo todo lo que dices, te lo compro, pero entiende que este momento no es fácil para mi.

-Lo comprendo perfectamente.

- En una gran amistad, a veces, no digo siempre, el sexo puede ser más un impedimento que una bondad. En una amistad sin sexo no hay espectativas, ni obligaciones, solo cariño de verdad, nadie espera nada de la otra persona, más que un sincero afecto y confianza, en cuanto que hay sexo, empieza ya. El a ver si me llama, hoy no me ha llamado, hace días que no lo veo, estará con otra.

-Espectativas.

- Romeo visto así, quién te puede negar la razón.

- Valentina, yo espero que no te marches de mi lado, para mí tu amistad es impagable, agradezco infinitamente los años de complicidad, colaboración, eres mi confidente, eres todo, pero no para una relación, no porque seas tú, es que con nadie deseo ese compromiso.

-A partir de aquí, eres totalmente libre de decidir lo que quieres hacer, me consideraría muy egoísta al retenerte.

- Gracias Romeo, tengo que pensarlo.

-Lo entiendo, tómate los días libres que quieras. Llámame si necesitas lo que sea. Te quiero mucho y te deseo lo mejor, es más lo mereces.  No lo olvides, aunque no sea como tu quieres.

-Yo como pareja no soy lo mejor para ti creeme. Quiero que sepas que eres una persona muy importante en mi vida, y sobre todo una gran amiga.

- Salieron del hotel, el coche les estaba esperando, Valentina declinó subir,  quería caminar para despejarse.

-Se sentó cerca del mar y pensó.

-Tantos años enamorada de este hombre, vaya chasco. Su mente le decía. Pero no lo intuías, siempre estaba con otras mujeres. Y se respondía a si misma. Si, pero siempre pensaba que algún día se daría cuenta de que yo estaba ahí.

-Esperándole.

-Eso es porque no has escuchado nunca la voz de tu interior, que en sueños te ha estado mostrando la verdad de esta situación. Si lo hubieras hecho te hubieras ahorrado este gran disgusto.

-Quieres decir ese sueño. Se preguntaba y respondía a sí mísma.

-Ahora entiendo el sueño, que durante tantos años se ha seguido repitiendo en mis noches de zozobra.

-El mar de mis emociones me rodea por todas partes, una ciudad que me es desconocida, y que es mi propia vida, porque no he podido conocerme, ni escucharme a mi mísma por mi obsesión con él.

-El autobús que me lleva al trabajo, que es el único lugar donde estoy cerca de él, y literalmente vivo.

-La escalera que me lleva directamente al mar( mis emociones) y a ese hombre, que nunca alcanzo, y que es sin duda alguna, Romeo, al que tengo de espaldas. Lo llamo. Señor, señor,  y no responde, quizá no me oye, o quizá no le interesa responder, No se gira.

-Ahora he comprendido lo que el sueño me decía.

-Nuevamente se preguntó así mísma. Que piensas hacer ahora?

-Ir a mi puesto de trabajo, y aceptar la situación, no se hacer otra cosa, me gano muy bién la vida, dispongo de mucha libertad, sería absurdo que lo dejara todo por eso. Encima que me he maltrarado, que he maltrecho mi vida, esperando que. Nada. Si nos relajáramos más y escucháramos a nuestra voz interior, y dieramos menos vueltas a todo, queriendo a toda costa conseguir las cosas, mejor nos iría.

-Solo faltaría que fuera tan tonta como para dejar un trabajo así. Y es cierto lo de agradecer. Como se nos pasa el tiempo pensando solo en lo que no conseguimos, lo que detestamos, el día a día, o lo que creemos que nos hacen los demás. Por todo ello ciertamente, nos olvidamos de lo esencial que es  valorar y agradecer todo lo que tenemos, que es mucho.

-Y sobre mi situación, pienso que no debo sentir ningún resentimiento hacia mi por todo ello, porque los resentimientos que más duelen son aquellos en los que uno tuvo elección.

-Buena reflexión, se dijo así mísma.

Aquella madrugada, a pesar de todo, pudo dormir.

Se incorporó al trabajo, varios días después.

Fue muy bién recibida por Romeo, que le recordó que la quería, la necesitaba y valoraba, muchísmo.

Ya nunca más volvió a soñar aquel sueño terrible. Le costó un tiempo aceptar que su relación con Romeo fuera una utopía.

Ya no se tortura al verle.

Han pasado años desde aquel desencuentro. Sigue soltera.

Las decepciones amorosas, tardan en curarse. Pensó

Romeo sigue con sus ligues,  pero es muy prudente con respecto a comentarle sus aventuras de cama a Valentina. Se siguen queriendo mucho, valoran y agradecen esa amistad tan maravillosa, que no tiene precio.

Bueno no siempre las historias salen como uno desearía, es cierto que si nos escucháramos más a nosotros mísmos, igual elegiríamos mejor.

Gracias a escuchar su mente, su voz interior Valentina, pudo comprender su sueño, y hacer mejores elecciones, pues estas tienen siempre consecuencias.

Es cierto que tener una buena amistad sea con un hombre, o mujer, no tiene que implicar forzosamente tener relaciones íntimas, creo que es muy gratificante para ambos, y se puede aprender el uno del otro mejor, que quizá al implicar una intimidad que puede condicionar a la obligación. Aunque conozco personas que dicen que no se sienten obligadas por ello, pero yo creo que si es con asiduidad, sí, alguno de los dos puede acabar exigiendo compromiso.

Pero por sobre todo el valor de la verdadera amistad. Sea esta de mujer a hombre, de mujer a mujer, o de hombre a hombre.

En fin cada uno lo valore como crea mejor, o haya sido su experiencia.

Y yo como siempre deseo os haya gustado. Mil gracias.

Gracias.

Luz y progreso para todos.