viernes, 24 de enero de 2014

El árbol.

Dedicado a Ana con cariño.

Ana había venido a Barcelona a casa de su hermana Elo a pasar las vacaciones en el mes de Septiembre.

Uno de esos días que hacía bastante calor y no podía descansar bien, por lo que decidió salir a dar un paseo.

Eran las cinco de la mañana aproximadamente, estaba todavía oscuro, en casa todos dormían, le apeteció salir a pasear un rato, así caminando llegó a un parque donde había un hermoso almendro lleno de flores, que además emitía una luz espectacular.Que extraño que esté este árbol aquí no parece de este lugar, pensó, es realmente  maravilloso, debajo de él un banco invitaba a sentarse, así lo hizo, al rato se endormiscó y le pareció que el árbol se replegaba como protegiéndola para que nadie la viera, velando por su descanso.

En su ensoñación recordó su infancia, su adolescencia, el cariño de su familia, sus experiencias, sus pérdidas y la pena que sentía  por muchas de esas cosas, ahora algo delicada de salud soñaba con poder compartir con Elo y Oliver la mayor parte de su tiempo, de su vida, a pesar de sus obligaciones y de vivir en lugares diferentes de España. Envuelta entre las flores del almendro, pudo percibir un suave murmullo, como una melodía que la arrullaba, era como si le susurrara palabras que ella comprendía con claridad.

Todas las situaciones por las que estaba pasando, supo que eran fruto de su propia gestión, sintió por un instante una gran plenitud, un amor silencioso y aceptó con humildad el momento en  que se encontraba, por un instante le pareció que su vida pasaba por delante de ella como una exalación, solo un suspiro. Así era en realidad la existencia, únicamente un soplo. una ilusión, por ello había de ser vivida con sabiduría y conocimiento, Supo que era imposible perdonar a otro, pues son únicamente nuestros pecados lo que vemos en él, solo en el otro podemos perdonarnos pues al hacer culpables a los demás de nuestras acciones, no toca más que restituirlo viendo su inocencia en aquél que llamamos el otro. Orar por el que nos ofende es orar por nuestra propia libertad, es decir, orar por otro se convierte en el medio para eliminar la culpa que hemos proyectado sobre nuestro hermano y reconocer que no es él quién nos está haciendo daño.

Nadie puede pedir un infierno para los demás y librarse de él. Posiblemente en nuestro duermevela podemos abandonar momentáneamente al ego que es quién manipula nuestras vidas para percibir fragmentos de nuestra inmortalidad espiritual, de nuestra real procedencia.

Esa fue la sensación que tuvo Ana, al mismo tiempo le pareció percibir que del almendro salían pequeñas esporas de luz que como lluvia la cubrieron por completo. Se sentía protegida, todo su pasado se concentró en ese único instante y entendió que todo había merecido la pena y que el propósito era seguir caminando hacia adelante, con una mirada más abierta, más agradecida, más compasiva, perdonándose sobre todo a sí misma y viviendo cada instante como si fuera el último día de su existencia terrena, buscando el camino a su hogar real.

Fue desperezándose, el árbol pareció volver a su posición natural, tranquilo, estable, resplandeciente, sus hermosas flores rosadas junto con el color del amanecer daban un espectáculo difícil de olvidar, había pasado media hora y ya empezaba a clarear- Ana dejó el parque. Antes de salir se giró para mirarlo, sus flores se movían como si de algodón se tratara. No hacia viento, era como un saludo, ella lo hizo con su mano y le mandó un beso, agradecida por sus cuidados.Volvió a casa.

Elo y Oliver la estaban esperando algo preocupados, pero al verla con mejor aspecto, contenta, sin cansancio alguno, se alegraron muchísimo-

Le preguntaron donde había estado.

Ella respondió. En el cielo seguramente, tengo que digerir una experiencia que he vivido hace muy poco, cuando lo haga os lo explicaré.

Se fue a su habitación se sentó sobre la cama pensando. Es un buen momento para meditar y sacar el mejor partido de este regalo que el universo me ha otorgado.

Estimada Ana todo en la vida nos lleva a una mayor comprensión. Cuesta ya se sabe, hasta un árbol puede ser nuestro ángel en el momento que más lo necesitamos. Esos encuentros nos dicen que de alguna manera estamos preparados para esa  información y hemos de recibirla con mente abierta. Eso sucede porque estamos rodeados de amor aunque no seamos crédulos en ello, porque lo que veamos a  nuestro alrededor no nos lo indique. pero todos sabemos que solo podemos reconocerlo cuando está en nuestro interior incluso en las cosas más pequeñas.

Vive simplemente, ama generosamente, habla con gentileza, deja todo lo demás en manos de la suprema energía de la que formamos parte. No de la ilusión de la que formamos parte.

Todas las personas que aparecen en nuestras vidas y sobre todo con los que tenemos las relaciones más complicadas nos muestran nuestra imagen, son el espejo en el que nos vemos reflejados, solo que no nos reconocemos en él, pensamos que nos agreden y no creemos en ningún momento tener nada en nosotros que se parezca a ellos,es más ni siquiera lo pensamos, nos dejamos llevar por el enfado o la ira que nos provocan, pero ellos son en quien más hemos de fijarnos pues nos muestran el camino del perdón hacia nosotros mismos.

Tengo que deciros que Ana volvió al parque, aquel árbol ya no estaba allí, en su lugar uno común, de ciudad ocupaba su lugar, supo que había estado en algún lugar  parecido al cielo, tal como les había comentado a los suyos cuando le preguntaron donde había estado.

Ana no se equivocó, había tocado por un instante ese cielo que nos espera a todos y que solo volveremos a unirnos a él cuando seamos conscientes de ello y cambiemos nuestra forma de gestionar nuestra conciencia
.
Gracias a todos por leer mis historias.

Luz y progreso.

2 comentarios:

  1. Ah, per cert, aquest dibuix també és teu? Els colors em semblem de somni. M'encanta.

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