jueves, 2 de noviembre de 2023

El dolor de una traición.

Esta es la historia de unos amigos, que se conocian desde la infancia, dos parejas inseparables desde el colegio.

Fue tan grande su amistad, que con los años, llegaron a casarse, con aquellos que fueron compañeros inseparables desde la infancia,

Se trata de Elena  Manuel, Teresa y Juan.

Vivian en un pequeño pueblo de Extremadura, sus familiares y amigos, ya intuían dada su complicidad, que probablemente de mayores se casarían. 

Y así fue, con veinte años ambas parejas se casaron, incluso la boda la celebraron el mísmo día.

En el pueblo tampoco había mucho a elegir, y siempre habían estado juntos. Elena era maestra, Manuel trabajaba en el Ayuntamiento, Teresa regentaba con Juan uno de los pocos restaurantes del pueblo, heredado de los padres de ella.

Las dos parejas seguían muy unidas, y compartian juntos todo el tiempo que podian. 

Elena y Manuel tuvieron una hija María, y un hijo Luis, Teresa y Juan un hijo Andrés, y una hija Aurora, estaban entre los tres y cinco años, parecía que se habían puesto de acuerdo para tenerlos al mísmo tiempo, los niños crecieron juntos y al igual que sus padres eran muy amigos.

El restaurante que regentaban Teresa y Juan, tuvo un contratiempo adminsitrativo con el ayuntamiento, y Teresa quedó con Manuel para ver si podia ayudarles con el tema, para no perder el negocio.

La situación era bastante complicada y Manuel y Teresa se veían con regularidad, pero no como siempre todos juntos, si no a solas, y aquél lio de papeles les llevó a algo insólito y no planeado, algo que les llevaría a terminar con una relación de amistad, y lealtad fraguada en años.

Una cosa les llevó a la otra, y entablaron unos encuentros íntimos fuera del pueblo, con la excusa del problema, que intentaron por todos los medios alargar, después ya verían la manera para verse a escondidas de sus parejas y de la gente del pueblo. 

Llevaban en este engaño, ya más de un año y medio, sin que nadie sospechara nada, cuando estaban todos juntos intentaban disimular su pasión lo mejor posible, sus parejas respectivas, se quejaban de que sus relaciones íntimas habían mermado, pero lo acusaban al cansancio, y a la pérdida de interés por los años que hacía que se conocían, y así fueron tirando con sus más y sus menos.

Hacia días que Teresa no se encontraba bien, fue al médico para una revisión y le dijo que estaba embarazada, ella se quedó pasmada y asustada, era lo último que se esperaba con Manuel eran muy cuidadosos, y en el último mes no había tenido ninguna relación íntima con su marido Juan.

Decidió no decir nada en casa, e incitar a su marido a tener relaciones con ella, a lo que Juan accedió encantado pero sorprendido, eso sin dejar de verse con Manuel, fue un mes intensísimo a nivel sexual estaba agotada. Poco después confesó a todos que estaba embarazada, para contento de familia y amigos.

Manuel supo que ese hijo era suyo, y le explicó lo que tuvo que hacer para disimular, ya que si salía a la luz su relación se acabó. En aquél momento Manuel tuvo celos de su amigo Juan, se había enamorado como un quinceañero. Y eso que se conocían de toda la vida.

Pasados los meses reglamentarios, Teresa dio a luz a una niña preciosa a la que llamaron Lucía, El pobre Juan estaba encantado, sus padrinos fueron Elena y Manuel, para más inri. 

Las parejas siguieron con su amistad como si nada, ellos seguían viéndose, no con tanta asiduidad como antes, pero cuando podían se escapaban para sus encuentros íntimos.

Pasaron los años, los niños fueron creciendo, iban al mísmo colegio, frecuentaban los mísmos amigos, estaban ya acabando sus estudios universitarios, e intentando ver que hacer con sus vidas. A Lucía le quedaban pocos años para ir acabando el instituto. Era una adolescente preciosa.

Y como no podía ser de otra manera, siguiendo el legado familiar, y dos, el Karma siempre llegando puntual a su cita, Luis y Lucía se enamoraron, de momento a los padres no les dijeron nada puesto que eran muy jóvenes, y los estudios lo primero, como siempre decían en sus respectivas casas.

Un día Teresa, vio algo que la dejó inquieta, y quiso verse con Manuel a solas para comentárselo. 

Le dijo que le parecía que  Lucía y Luis eran pareja, a lo que Manuel no quiso darle importancia, alegando que eran jóvenes y chanchulleaban con todos, que no se preocupara.

Pero Teresa no estaba tranquila y fue observando concienzudamente a los dos jóvenes.

Un día le preguntó directamente a Lucía si estaba tonteando con Luis, y le respondió que estaban enamorados, y que querían acabar los estudios, para poder casarse.

Como hicisteis vosotros mamá.

A Teresa le faltaba el aire. No podeis casaros, sois muy jóvenes, en nuestra época. era diferente, eran otros tiempos, hoy podeis acceder a otros sitios, ser libres, mira nosotros aquí en un un pueblo confinados en el restaurante, sin conocer a otras personas, le respondió a su hija en un frenético desespero.

¿Hubieras querido conocer a otros hombres madre?, le preguntó, pareces descontenta, creía que estariais contentos, todos somos como una familia, hemos crecido juntos, y yo estoy enamorada de Luis y el de mi, nos queremos, Teresa se desmayó, y tuvo que ser atendida de urgencias.

En la familia estaban asombrados, a Juan no le parecía tampoco demasiado bién este noviazgo, más que nada por lo jóvenes que eran, por lo demás, tampoco era para tanto, ellos habían hecho lo mísmo de jóvenes, estos chicos están mejor preparados, tienen más estudios, y podrán desenvolverse mejor que nosotros le decía a Teresa.

Cuando Teresa se encontró con Manuel  su zozobra era horrorosa. Se lo hemos de contar, porque sino será terrible para ellos, son hermanos Manuel, son hermanos. Nuestras familias van a quedar destrozadas cuando se enteren. Que va a ser de nosotros y de nuestros hijos, es terrible, pero hemos de decírselo.

Decidieron un día de otoño, reunir a las dos familias para contarles su secreto.

La reacción de los dos jóvenes fue atróz, Lucía lloraba desconsoladamente, al borde de la histeria, y no quería volver a ver a su madre nunca más. 

Te odio tanto, le dijo a Teresa, Luis intentaba consolar a Lucía, salieron de la casa. Juan estaba destrozado, Lucía era su ojito derecho, la adoraba, Elena, que era la discrección personificada, se levantó y se marchó de la reunión sin decir nada, los demás hijos respectivos, también salieron de la casa. Juan se levantó y solo pudo expresarles, cuan despreciables y traidores los encontraba, también se marchó, dejándoles con la soledad de su respectivo dolor, que era mucho, como pago a su traición, a si mísmos, a su familia y a sus amigos. 

Lo que fue de aquellas familias, fue lo siguiente.

Juan se quedó con sus hijos hasta terminar sus estudios, después Lucía marchó a Madrid a casa de su tia,  hermana de Juan, el restaurante se vendió, Juan entró a trabajar en el bar de unos amigos, Teresa se marchó del pueblo, se fue a Francia a casa de una prima suya, no volvió a saber de ninguno de sus hijos, ni de Juan ni de Manuel.

Elena siguió en la docencia, y cuidando de sus hijos hasta que terminaron los estudios, Luis marchó a estudiar a Irlanda, Manuel dejó el Ayuntamiento y marchó a Portugal a empezar de nuevo. Se escribe con sus hijos, pero no se ven tanto como el desearia.

Una desafortunada historia, pero real. 

Algunas personas podrán pensar. Como no les perdonaron, otras que tuvieron lo que merecían, otras que podrían haber sido sinceros cuando vieron que la relación se les complicaba, hay múltiples opciones que podrían haber sido quizás más adecuadas, es fácil juzgar .Las personas actúan como creen, o sienten en cada situación, muchas veces sin ser conscientes, o dejándose llevar por el momento, pero todo tiene consecuencias, por eso es importante antes de hacer algo, pensarlo muy bién.

Vemos en esta situación, el descalabro que se creó en un número importante de personas, que probablemente nunca más serán las mísmas, a causa de las las decisiones que otros tomaron previamente por ellos, personas las cuales, tenían como referentes a sus propios padres.

Toda acción, sin duda genera una reacción. Pensemos antes de hacer algo de lo que podamos arrepentirnos, porque la culpa es un mal compañero en el viaje de la vida.

Luz y progreso para todos, y gracias por leer mis historias.


  

 


 

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