Este cuento está dedicado al pequeño Pau, y narra la aventura de este bebé, que ahora hará casi dos meses de su nacimiento, nieto de mi querida Adriana Framis, nacido en San Diego, una maravillosa ciudad de EEUU.
Pau, es un bebe de plata, un niño especial y maravilloso, que viene a alegrar la vida de sus papás y demás familia, y a engrosar la venida de niños despiertos y que tanta falta hacen en nuestra amada Tierra, para que den un giro a las viejas energias de poder, aposentadas desde hace eones en este planeta.
Al ser Pau un bebe especial, desde el momento de su nacimiento, las energias de los delfines se acercaron a su conciencia, en una franja de frecuencia no visible para los demás, pero si para él.
Muy de madrugada, mientras sus padres dormian, Pau era llevado a lomos de esos maravillosos seres, a lugares maravillosos en el mar más profundo, él no les tenia miedo, al contrario, se alegraba mucho de cabalgar sobre ellos y entrar en el agua, jugaban con él y le enseñaban el propósito más intimo de su venida y que aunque su experiencia de vida sería compartida con otras almas despiertas, concretamente él seria una persona que de mayor enseñaria a otros que la vida debe vivirse con conocimiento, humildad y compasión para hacer lo más posible, felices a los demás.-
Los delfines sabian que Pau era un niño de plata, que habia elegido unos padres maravillosos para su humana experiencia, unos padres y abuelos que darian todo para que él fuera feliz y libre, tendria a su disposición lo que necesitara materialmente para vivir comodamente, además del amor y la espiritualidad de esa familia que inteligentemente Pau atrajo a su vida, para formar parte de ella y cumplir sus predetermínados propósitos. Contaba además con la energía del mar, que junto con los delfines harian que todo fuera conducido a su propósito.
La conciencia de Pau era trasladada todos los días de madrugada al fondo de los mares, viviendo experiencias maravillosas, ya que aunque su aspecto era de bebe, en realidad comprendia totalmente todo lo que ellos le mostraban, su despierta conciencia, aunque encerrada en su diminuto cuerpecito, no le impedia recordar quien era, alli en el mar se sentia totalmente libre de las ataduras materiales, jugaba y conectaba con sus existencias pasadas y reconocia aquellas situaciones que le habian devuelto nuevamente a esta dimensión y que tendria la oportunidad de corregir.
Era muy privilegiado por poder recordar sus vivencias, solo niños de plata y algunos otros, podían acceder a frecuencias tan elevadas y recordar, y asi ir recolocando el puzzle de su existencia. Los delfines con sus altísimas frecuencias e integrados en lineas de tiempo incomprensibles para nosotros, le ayudaban a recuperar esa memoria oculta en su mente, la que todos perdemos al descender a la densa frecuencia 3D.
Después de sus paseos diarios con los delfines, cuando empezaba a salir el sol y el cielo se teñía de colores violetas dorados, ellos devolvían su conciencia a su cuerpecito que plácidamente dormia en su cunita. Cuando fuera mayor quizá no recordaria sus experiencias vividas en el mar con sus amigos, pero de alguna manera tendria especial afinidad por ellos y si sabria en todo momento que eran amigos, que a su lado estaria seguro, que sus frecuencias eran altísimas y aunque no recordara que en su recién venida a este mundo jugaba con ellos, ni que le ayudaron a entender quien era, el porque de su venida, y el porque esa familia concreta. Su comportamiento sería exactamente tal como ellos entre juegos le mostraron.
Rectificar situaciones inacabadas, ayudar a que el mundo sea mejor para todos, haciendo comprender a las personas que todo aquello que se hace a los demás en actos de generosidad, engrandece el todo, que todas las personas sean quienes sean, o de donde sean, merecen vivir en paz, con justicia, verdad, respeto y oportunidades en educación, trabajo y bienestar, y que solo a través de esas formas de vida, es como pueden dignificarlas a la vez que a su entorno, solo asi las personas evolucionarán hacia el mundo tal como debe ser y encontrar el camino que nos devuelve a la luz.
Bienvenido pequeño Pau, bienvenidos esos niños especiales que vienen a ayudar a mejorar y cambiar las viejas energías, obsoletas y rancias que no permiten que la humanidad de un paso adelante en su evolución hacia una dimensión mayor.
Pequeño Pau, que la luz guie siempre tu camino hacia los propósitos más grandes, para ti y para los demás.
Somos uno.
Adri, un beso muy grande para ti y tu familia, enhorabuena por el pequeño Pau, deseo puedas disfrutarlo muchísimo, los niños siempre nos enseñan a crecer interiormente, y nos ayudan a recuperar parte de nuestra infancia, de esa inocencia que vamos perdiendo a través de las experiencias, no siempre placenteras.
Gracias a todos por leer mis historias. Luz y progreso.
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