Esta historia está dedicada a Adriana Locilento. Con mucho cariño.-
Para que la fuerza que hay en tu interior te acompañe siempre.Recuerda el poder está en tí.
Año 1980 Brasil, Adriana estaba preparándose para debutar como primera bailarina en un importante teatro. Joven todavía, era una gran oportunidad para ella, había estudiado y sacrificado mucho para lograr su sueño, sabía que su vida profesional sería breve y tenía muchos planes para ese después.
En un futuro, cuando fuera mayor tenía pensado abrir una escuela de baile y enseñar. Todo estaba estructurado en su cabeza.
Aquella noche, era su noche.Ya había llegado el momento. En el camerino, nerviosa y ya vestida, rezaba una pequeña oración a sus ángeles, una estampa apretada contra su pecho.
Fuera, el teatro estaba lleno hasta la bandera, su familia, amigos y el público esperaban verla.
Se apagaron las luces, el silencio era absoluto.
Empezó a sonar la música. Esa primera pieza la bailaba sola. Llevaba un vaporoso vestido de gasa blanco.
Como una novia en el día más importante de su vida.
Lo llenaba todo con sus movimientos.
De repente un apuesto joven la atrajo hacia sus brazos haciendo de aquel momento algo excelso, le acariciaba el pelo, la cara, la espalda, más que bailar lo convertía en un sublime acto de amor, ella estaba totalmente abstraída, olía su sagrada piel tan cerca de ella. Era como estar entre los brazos de alguno de sus amados ángeles.
Pero. Quien era él?.
No le tenía visto en la compañía, porque se había añadido a ese número?, si ella lo bailaba sola.
No le importó.
El público estaba maravillado ante aquel espectáculo, nunca habían visto algo igual. Adriana estaba flotando, era como si sus pies en ningún momento tocaran el suelo. Como si llevara alas que la transportaran a un lugar idílico
Lo que no sabía es que aquel entregado público solo la veía a ella en el escenario y a nadie más.La música seguía, intensa, sensual pero a la vez romántica.
El la sabía llevar maravillosamente bien, cuando pudo fijarse en su aspecto, vio que sus facciones eran de una gran belleza, era un ser que irradiaba una gran luz.
La pieza llegaba a su fín, Adriana no hubiera querido que aquello terminara nunca. Era como flotar entre nubes, se sentía como si en vez de estar en un teatro bailara para la naturaleza entre lagos de aguas cristalinas y bosques maravillosos, seres de otro mundo la contemplaban. Sentía la mágia del baile. Antes del final, él se acercó a sus labios y los besó como si besara a una flor. Acariciándole la mejilla le dijo.
En años venideros será muy importante que recuerdes estas palabras por lo que sucederá en tu vida y para que las repitas en primera persona.
Estas son.
Eres más de lo que aparentas, toda la fuerza y el poder del mundo están en tu interior.
La noche terminó, cuando miró a su alrededor no había nadie. Solo el público puesto en pie, aplaudiendo.
Adriana lloraba emocionada, salió varias veces a saludar. Ramos de flores llegaban de todas partes. Un gran éxito y así todas las veces que salió a bailar.
Cuando terminó el espectáculo, marchó para su casa. los demás compañeros fueron a celebrarlo, ella prefirió irse sola para pensar. Allí en el silencio de su hogar, recordó aquel baile tan increible con aquel joven maravilloso, aquel paisaje, aquel lugar mágico al que se sintió transportada y sobre todo sus palabras.
Que sucederá tan importante en mi vida se preguntaba?.
Han pasado los años y efectivamente Adriana ha sido y es una gran coreógrafa tal como era su deseo. Ha recordado siempre aquel suceso sin imaginarse que sería tan importante en su vida para que viniera aquel joven.
Quien era él?
Una importante enfermedad está truncando sus expectativas. Ahora es el momento de poner en práctica el mensaje de aquel ser que no era otro que uno de sus ángeles, aquellos que tanto ama y que tan cerca de nosotros están siempre.
Su mensaje. Que recuerde que en su interior se encuentra todo el poder y la fuerza de la sanación, del conocimiento y que es la fuerza del amor la que cura. Que es más de lo que aparenta ser, que ella es ni más ni menos que un atrevido ángel que un día decidió dejar sus alas y lanzarse a la aventura de la experiencia.
Como todos nosotros.
Ello conlleva el olvido de saber quién es y de reconocerse en el uno del que forma parte.
Somos seres de luz en una experiencia que decidimos hacer manifiesta. Las emociones, nuestros múltiples pensamientos nos llevan a enfermar.Independientemente de la ayuda médica, en nosotros, en nuestro interior radica la posibilidad de sanar nuestras heridas.
Reflexionemos, pensemos que cosa nos entristece, que cosa nos asusta, a quien odiamos, de que nos arrepentimos, de que sentimos verguenza, porque sentimos resentimiento, a que o quién tememos tanto que llegamos a que las energías de nuestro cuerpo se bloqueen hasta enfermar.
Todo está en nosotros, no dejemos nuestra vida solo en manos ajenas. Somos actores y directores de nuestra propia obra. No lo olvidemos.
La vida es un regalo, una magnifica experiencia que merece ser vivida con conocimiento, sabiduria y sobre todo con amor.
Adriana, deseo de corazón que la mágia del baile te lleve a conseguir que tu gran obra (tu vida) sea de excelencia.
Los ángeles desde el cielo son tus mayores fans. Tu mejor público.
Estamos contigo. Somos uno.
Un abrazo.
Gracias a todos por leer mis escritos. Son oraciones. Compartidlas por favor.
Luz y progreso.
Texto maravilhoso!!! Adriana é realmente essa mulher iluminada que nos sensibiliza com seu olhar brilhante e sorriso generoso, além do enorme talento
ResponderEliminarGracias Ezio Suerte para todos.
ResponderEliminarLi desitjo lo millor a l'Adriana i als qui l'estimen.
ResponderEliminarGràcies Fran.
ResponderEliminarGràcies Fran.
ResponderEliminar