Dedicado a Teresa Sainz Gimenez con cariño.
Jana de los bosques, la hija del druida, así se la conoció en esta su historia. Ubicada en el siglo VII
Jana nació de la relación que tuvo su padre Gwyddyon,con una bella mujer de origen Godo, vivían en la Bretaña pero debido a la invasión de los Anglos y los Sajones( tribus Germánicas) se trasladaron a los castros Cántabros, comunidad junto con los Astures y Galaicos de raíces Celtas, como su padre. La madre de Jana, partió con su tribu, obligada por ellos, hacia la conquista de centro Hispania, para instalarse en Mérida, dejando a la pequeña a su cuidado. Nunca supieron de ella.
Desde su más tierna infancia,Jana, acostumbró a ver a su padre sanar a las gentes de los castros. Vivían en una casa de forma ovalada en el bosque y sobre ella un escudo hecho de acebo, como señal de que allí vivía un druida aunque para las gentes de la comarca era extrangera, la trataban bien, ya que su padre se ocupaba de su salud, Jana de los bosques, asi era llamada porque para ellos era como un hada, conocía palmo a palmo los alrededores, conectaba con las fuerzas de la naturaleza y entendía el lenguaje de los animales. Habia echo muchos amigos entre los niños del fuerte. Disfrutaron de algunos años de paz.
Mientras, pasaba el tiempo. Jana se convirtió en una adolescente, cada vez poseía mayores conocimientos, pero además fue desarrollando el don de la videncia, muchos le consultaban, pero no sabían que sus premoniciones le venían de noches de gran convulsión. En una de ellas vio como gentes de Europa venían para conquistar la región, eran muy sanguinarios y hacían sacrificios humanos a una divinidad guerrera llamada Lug. Eran los suevos, Jana , lo comentó con su padre, al tiempo que los reyes de todos los castros se reunieron para organizarse Un día el padre de Jana le explicó que marcharía durante algún tiempo para buscar otro lugar donde instalarse, no quería que su hija viviera una guerra sanguinaria, él sabía la crudeza de los pueblos germánicos y los sacrificios de sangre que hacían con los capturados. Esa mañana muy temprano partió en busca de un lugar mejor. Se despidió de ella. Con un caballo, unas hiervas y sus grandes conocimientos, partió hacia un sin destino. No quería llevársela para evitarle la inseguridad de los caminos, a pesar de conocer muy bien los bosques, sabía que de momento allí estaría mas protegida, quería ahorrarle un viaje hacía no sabía donde. Por lo menos en el castro si surgieran dificultades la cuidarían. Jana sumida en la mas triste desolación se quedó mirando por la ventana como se alejaba. Ausente, sin ver.
La gente iba para saber como estaba y si necesitaba alguna cosa, le llevaban alimentos, agua, hiervas, etc. Todos la apreciaban muchísimo. Sabían la fuerza y el don que tenía y la persona tan maravillosa que era. A pesar de ello, se sentía sola. Mi padre es todo para mí y si no lo vuelvo a ver, se decía a sí misma.
Pasaron muchos meses, Jana atendía a los enfermos, ayudaba a las familias, cada vez adquiría mayores conocimientos. Tenía un gran maestro, nada menos que un druida, su padre Gwyddyon.-
Muchas noches en sueños veía lo que cada vez estaba más cerca, una guerra que ya había cruzado los Pirineos. No podía detentar el tiempo que faltaba para que llegara hasta ellos, pero estaba próxima, vio como saqueaban y quemaban poblados, hacían prisioneros para sacrificios y las mujeres más jóvenes para entretenimiento de los soldados, aquella noche Jana lo vio tan real y sus convulsiones fueron tan intensas, que al amanecer cuando se levantó de su camastro, había perdido visión, se asustó muchísimo, ya que era fundamental para ella, para poder recolectar hierbas y moverse por el bosque. Corrió hacia el poblado como pudo, sus gentes la acogieron solicitamente, les explicó cuan clara había sido su experiencia y que fue tal el horror que sus ojos se habían perjudicado grandemente y su visión era borrosa.
El castro se había fortificado más desde las predicciones de Jana. Al igual que los otros poblados relativamente cercanos, todos estaban preparados para una gran guerra, lo habían oído, ya que en los bosques se sabía todo, la crudeza de lo que se avecinaba.
Más de un año había pasado desde que su padre había partido, no tenía noticias de él, no le veía entre sueños, pero de alguna manera sabía que estaba bien.
Un día llamaron al portón del fuerte. Al abrir la puerta con gran alegría vieron al druida, que venía en busca de su hija, una gran algarada se formó a su alrededor. Jana salió corriendo, no sin cierta dificultad a recibirlo, loca de alegría, le mentó a su padre todo lo que había sucedido en su ausencia, su perdida de visión, la guerra que estaba en puertas.
Jana.Le dijo su padre- Tenemos un lugar para vivir, partiremos inmediatamente, iremos aprovechado el conocimiento que tengo de los bosques, su mágia nos protegerá.He aprendido una técnica en la que podemos pasar desapercibidos, estate tranquila hija mía ya estoy aquí contigo.
Aquella noche durmieron en su casa del bosque. De madrugada partieron, las gentes les habían preparado viandas, agua y dos caballos jóvenes y fuertes, se despidieron con tristeza, a la vez que alegrándose porque no tendrían que pasar por esa situación.
Partían para la baja Normandía, cerca de un islote de apenas cuatro mil metros cuadrados, les quedaba un largo camino, quizá peligroso, pero ... sabían muy bien moverse por los bosques. El podía mimetizarse con la madre tierra, poseía grandes dones,era un gran druida al igual que su hija, que cada día que pasaba se convertía en una vidente de mayor calado.
La naturaleza les guiaba, les indicaba por donde habían de ir, les protegía al igual que los animales, los olores, los sonidos. A través de ellos sabían lo que sucedía a su alrededor y también de aquellos que habían dejado, y en que situación se encontraban. Las aves les daban información, ellos entendían su mensaje, por lo que estaban al corriente de todo. Los elfos y las hadas les guardaban y guiaban. Al fin después de un largo viaje llegaron.Una casita ovalada con el escudo de acebo, símbolo del druida, les esperaba, un lugar precioso y perfecto para empezar de nuevo, Jana feliz, feliz por estar en ese lugar junto a su padre,como hacía tiempo no se sentía. Frente a ellos un islote, el mar alrededor. Una bahía. Ella intuyó nada más llegar que allí se sucedería una terrible batalla.
Pasaron los años en aparente tranquilidad. Gwydyon era ya mayor, su hija le atendía con sus grandes conocimientos.Hacía tiempo que no tenía convulsiones, la última, aquella que la dejó casi sin vista. Esa noche, no había luna Jana inquieta intuía que algo sucedería, tomo una mezcla de hierbas para poder descansar y nada más trasponerse salió de su cuerpo. Frente al islote vió su historia y lo que sucedería siglos después.
Se remontaba en su pasado a tribus Celtas. Allí en el montículo se entregaban a cultos druídicos, el monte era llamado Tombe ( tumba de Blenus-Dios galo del sol) (los romanos lo llamaron puerto Hércules). Vio cuando llegó el cristianismo al islote, fueron cosntruidos varios oratorios dedicados a mártires y cristianos, que eran velados por ermitaños, los únicos moradores de aquél lugar. Vio que siglos después sobre el VIII, un demonio llamado Satón adquirió el aspecto de un dragón marino aterrorizando a todos los habitantes de la región. El arcángel San Miguel sería llamado para luchar contra ese demonio, la batalla, empezaría en el monte Dol Bretón la montaña vecina al monte Tombe, las hordas maléficas combatírían fieramente, vió a San Miguel levantando la espada cortando la cabeza del dragón, Jana observó como el obispo Auberto era testigo presencial de aquél combate y que en sueños sería instruido por el mismo arcángel para construir un lugar de devoción allí donde se había vencido al maligno. y así se hizo en el 709 se consagró el lugar como la abadía Saint Michel. Hoy Mont-St Michel, un lugar algo alejado de la tierra como un castillo de hadas en medio del mar, como una permanencia gris y extraña a la luz del sol poniente.
Jana presenció el antes y el después de ese lugar, en esencia etérea .La fuerza del sueño, la presencia imponente del guerrero de la luz,.frente a frente comprendiendo que la luz prevalece sobre la sombra, que el tiempo no existe, que vivimos las experiencias todas al mismo tiempo y estas se desgranan en la relatividad de una ilusión, de un sueño que conocemos como manifestación (ego).
Al día siguiente cuando despertó, había recuperado totalmente la visión, relató a su padre su experiencia, él sabía que ella era una grande, una maestra de maestros y que algún día encontraría su lugar entre los druidas, que era el lugar que le correspondía.
Estimada Teresa, ya sabes que las historias, incluso los sueños entre sueños se pueden hacer realidad, encontrando en la visión interior el conocimiento ancestral que fluye del uno del que todos formamos parte y nos separamos, con ello su consecuencia. Recuperar la visión exterior la reconexión con la causa del problema que nos subyace.
Este es el mensaje del ángel, su presencia en tu presencia, en tu historia, para que tomes las riendas del poder que ya está en tí y lo hagas manifiesto. Todo está en marcha.
Te deseo lo mejor, te lo mereces.
Los anglos, sajones (germanos) y jutos(daneses) conquistaron Bretaña a proximadamente en el 550, hasta la conquista normanda en el 1066.
Los suevos, vándalos y alanos entraron en el siglo VI en la Hispania, la conquistaron casi toda, a excepción de los castros Cántabros y Astures de raíces celtas, aunque no exentos de guerras. Los godos (escandinavos) empezaron su conquista en el siglo V coincidiendo con las otras tribus mencionadas anteriormente. Hasta la conquista por los Musulmanes. Esta empezó hacia el siglo VIII, ocurrió por la división de los mandatarios visigodos, además la peste y la hambruna correspondiente. La conquista por el califato Omeya duró unos quince años del 711 al 726, en el 720 Hispania estaba totalmente conquistada por los Musulmanes.
Y como siempre, gracias a todos por leer mis historias, son oraciones.
Luz y progreso para todos.
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