Estimada familia y amigos de facebook en el mundo. Gracias por vuestra lectura.
Acabo de regresar de un viaje por Emiratos, y antes de hacerlo creé una historia para compartir con todos vosotros.
Ha sido un viaje precioso, en el que he coincidido con un grupo de personas magníficas y un guía encantador, que lo han hecho todavía mejor.
Empieza esta historia.
Sin duda, el amor puede aparecer en los lugares más insólitos, y esto es lo que le sucedió a Maria. Así mísmo esta historia nos llevará a conocer las costumbres de ese pais de la mano de Jamila, una joven Emiraití amiga de Maria, al tiempo que la protagonista conocerá el verdadero amor bajo el cielo de Dubai.
Mediados de Julio del año 2013. Jamila, hija de un adinerado hombre de negocios trabaja en los negocios de su padre llevando la parte contable de ellos. Forma parte de una familia muy influyente y relacionada con el Jeque Al Maktum.
Jamila lleva una vida de lujos como una gran mayoria de Emiraities que poseen negocios en aquel pais. Uno de sus hobbys es ir de compras al Mall (Centro Comercial muy importante en Dubai) además de su trabajo, y de estar muy pendiente de sus padres, hermanos, sobrinos, cuñadas, etc. (una gran familia)
Todavia permanece soltera con treinta y cinco años, para disgusto de sus padres.
Aquella calurosa tarde de mediados de julio, se disponia a visitar a su amiga que se habia alojado en el Hotel Bur Al Arab ( La torre de los árabes, hotel de siete estrellas, 321 metros de altura, el cuarto hotel más alto del mundo ).
Jamila, la habia invitado a pasar las vacaciones en su casa, pero Maria habia declinado la invitación, ya que su ilusión era poder hospedarse en ese lujoso hotel.
Jamila vestia una abaya negra ribeteada con cenefas plateadas de exquisito gusto y una hiyab ( velo que cubre cabeza y cuello), estaba encantada con la visita vacacional de su amiga española. Se habian conocido cuando ambas estudiaban un post grado de economia en Barcelona. Desde entonces se habian visto muy poco y era Jamila quién la había visitado en alguna ocasión.
Era la primera vez que Maria iba a Dubai, estaba muy emocionada, Su ilusión era alojarse en el hotel Burj Al Arab y asi lo hizo, ahorró durante tiempo, para darse ese capricho.
Recibió a Jamila en el hall del hotel. Muy emocionadas de reencontrase se fundieron en un abrazo.
Salam Aleikum,( La paz sea contigo) saludó Jamila a su amiga.
Aleikum Salam, respondió Maria, ambas sonrieron. Tenian muchas cosas que contarse, las dos se comunicaban en un perfecto inglés.
Maria tenía muchas ganas de verlo todo, aquel despliegue de lujos a la que no estaba acostumbrada, le faltaban ojos para ver toda aquella ostentación de riqueza.
El Bur Al Arab era espectacular, aquella noche cenarian en el restaurante Al Mahara, uno de los nueve de que disponia el hotel. Estaba ubicado bajo el mar y mientras se degustaban los exquisitos y variados platos del chef, se podía disfrutar de la calma que da ver a los peces danzar en el agua.
Antes de eso, Jamila decidió llevarla al Dubai Mall el centro comercial más grande del mundo, ambas disfrutaron de las compras, sobre todo Jamila. Maria pudo observar los niqabs negros que llevaban muchas de las mujeres e incluso algunas utilizaban una máscara metálica para cubrir sus caras. Ya le habían advertido sobre ello, pero no dejaba de sorprenderla.
Habia en el mismo centro comercial, una entrada para visitar el complejo de apartamentos Burj Khalifa (La Torre de Dubai 828 metros la más alta del mundo) al que también fueron a visitar.
Maria queria verlo todo, estaba sorprendida a la par que alucinada.
Todo ganado al desierto, islas artificiales ganadas al mar.
Pasaron una tarde magnifica y disfrutaron de una cena espectacular en el restaurante Al Mahara. Se despidieron, para quedar al dia siguiente y visitar a la familia de su amiga.
Muy temprano, Jamila ya estaba en el hall esperando a Maria. Hacia unos días que había empezado el Ramadán, (noveno mes del calendario lunar islámico, consiste en ayunar, no tomar líquidos ni comida desde que sale el sol hasta que se pone)
Jamila muy temprano ya habia tomado el Shaur (comida que se toma al alba, antes del ayuno). Maria bajó de inmediato y las dos salieron del hotel muy divertidas a coger el Lexus que Jamila habia dejado en el parking.
Ese día por la noche irían a visitar a su familia, y cenarían con ellos. Maria se sentía un poco agobiada por las diferentes costumbres del pais, que ella no conocía bién. No quería parecer ante ellos como una timorata que no sabía ir por el mundo, sobre todo con una familia tan importante.
Pasaron el día visitando la ciudad .Maria se olvidó momentáneamente de esa preocupación, hicieron planes para ir a visitar otros Emiratos en alguno de los tres dias que le quedaban de estancia en Dubai. Estaba fascinada con todo lo que veía.
A la noche, cuando llegaron a la casa, los nervios de nuevo.
La numerosa familia de Jamila estaba ajetreada con los preparativos de la cena, los niños estaban en la cocina enredando y picoteando los dulces de la cena, la abuela estaba en uno de los salones de la casa mirando en la TV. Un musalsal, (culebrón que se emite en televisión durante el Ramadán). Se escuchaba el ruido de platos y cacerolas, las risas de las mujeres y de los niños que llegaba desde la cocina.
La casa parecia inmensa, muy bién situada y por lo poco que pudo ver le pareció que estaba excesivamente recargada, se apreciaba que eran gente de mucho poder adquisitivo. Tres mujeres Filipinas atendian el servicio doméstico de la familia, según le había contado Jamila.
El hermano mayor estaba con su padre fumando Shisha. (pipa de agua mezclada con tabaco y aromas frutales o mentas) en en el Majlis (donde los hombres se reunen entre cojines y reciben a sus invitados.).
Se escuchaba un frenesí de platos y el aroma llegaba hasta la puerta. Todo ello pudo apreciar la observadora Maria, pero sobre todo por los comentarios de Jamila, ya que eran de costumbres conservadoras.
Madre, hijas, nueras, sobrinas, todas en la cocina con el servicio, esmerándose por organizar el Iftar ( Cena con la que finaliza el ayuno del día en el Ramadán compartida por la familia).
No habían oido llegar a las chicas, por lo que Jamila mientras, le fue explicando en que consistia todo aquel ajetreo y algunas de sus costumbres familiares.
Olia de maravilla.
Jamila llamó.
Umm (madre).
Zaida salió de la cocina corriendo hacia donde estaba su hija con su invitada. Lucia una Jalabiya muy vistosa.
Ahlan wa sahlan (Bienvenida).
Shukran jacilan (Muchas gracias) respondió Maria.
Umm, dile a baba (papa) y a Abdul que ya estamos aquí. Imagino que a estas horas estarán fumando en la sala, como todos los días.
Inmediatamente toda la familia se amontonó curiosamente en el comedor, las mujeres de la casa se tapaban la boca y se reian. Maria estaba ruborizada por ser el blanco de todas las miradas. Los niños, entre otros, hijos, nietos y sobrinos de la familia, enseguida fueron a ver si la invitada les llevaba caramelos.
El padre de Jamila saludó cariñosamente a su hija con la palabra Habibati (cariño) y a Maria con Salam Aleikum, Ramadán mubarak (un Ramadán lleno de bendiciones).
Esta es mi hamula, le dijo Jamila a Maria sonriendo. (Clan familiar)
Abdul el hijo mayor estaba detrás de su padre, llevaba puesta una Kandora blanca inmaculada y un Gutrah o Kufiyya blanco como había visto llevar a otros hombres durante los paseos con Jamila (túnica blanca que llevan los hombres emiraitís y el pañuelo blanco, sujetado por una cinta negra llamada agal).
Abdul y Maria se quedaron en éxtasis cuando se encontraron frente a frente.
Madre mía, que hombre mas atractivo pensó ella, que bién le sienta esta ropa.
Abdul pensó. Que preciosa es la amiga de mi hermana.
La familia no pasó por alto aquellas miradas.
Familia dijo Jamila, para romper aquella incómoda situación Es hora del Iftar que hay hambre.
Jamila, fue con Maria a saludar a su abuela.
Yaddati, (abuela). Le dijo, estás viendo el musalsal?.
Mira te presento a mi amiga Maria.
Sayyida (señora) Leila como está usted? dijo Maria.
La abuela lucia una abaya negra con pedrería
Jamila traducía.
Salam aleikum, Al hamdulillah (Alabado sea Alá). dijo la abuela.
Maria le sonrió y la besó cariñosamente.
Yaddati, a cenar le dijo su nieta.
Las mujeres nuevamente muy ajetreadas arriba y abajo, ayudadas por el servicio. Se habian pasado casi todo el día preparando la cena. Iban sacando al comedor platos variados y de exquisito aroma y color.
Jamila iba explicando a Maria en que consistian.
Harira (sopa de lentejas, garbanzos y carne muy especiada) Machbuss, (arroz con pollo) Machbuss rubian,(arroz con gambas limas secas cocinado con bezar, (especias típicas de Emiratos) Tharid (estofado de cordero) Regag (pan tostado que se sirve con el tharid). Harees (mezcla de carne y trigo con ghee ( mantequilla clarificada), para beber, zumos y lavan (bebida de yogur, agua y sal) de postres Baklava ( hojaldres con miel nueces y pistachos, y Batheetha, dulces de harina, dátiles y ghee, Igeimat (buñuelos con jarabe de sabor azafrán, cardamomo y canela) y para terminar un kahwa (café árabe preparado con cardamomo, azafrán y canela)
Maria que era de poca familia, estaba asombrada de ver tanta gente y en tan buena armonía, tanta abundancia, tanta alegria. Abdul la miraba desde el otro lado de la mesa y Maria hacia lo propio cuando creia que no la veia.
La familia se habia dado perfecta cuenta de lo que estaba sucediendo, entre ellos también se miraban.
Pensaron que quedaría en nada dado que en unos dias Maria habia de regresar a Barcelona y Abdul como ingeniero tenia que marchar a Abu Dabi. para organizar la construcción de un nuevo complejo de oficinas.
Sobre las doce, Abdul se ofreció a llevarla al hotel. Maria estaba avergonzada a la vez que contenta por ello.
A la familia si le gustó o no el ofrecimiento lo disimularon muy bién.
Sukran jazilan, por su acogida tan generosa, dijo Maria.
Abdul traducía.
Afwan ( de nada) le dijeron todos ellos. Ma´as salama (adiós) Salam Aleikum.
Les vieron alejarse hasta el coche. Ambos, fueron durante un rato sin hablar. En un semáforo, se miraron y se sonrieron.
Abdul le dijo de quedar para el dia siguiente.
Ella le respondió que había quedado con Jamilia
Hablaré con mi hermana, lo entenderá perfectamente. Ya en el hotel, se despidieron. Leila Saida (buenas noches) dijo Abdul.
Igualmente.
Aquella noche Maria apenas podia dormir. Era de madrugada y allá a lo lejos se escuchaba el muecín desde la mezquita llamándo a la oración.
No sabia expresar como se sentía, no podía creerse la suerte que habia tenido, de conocer a aquel hombre tan atractivo. Habia quedado en verse con Abdul después del Judba, (sermón del Imán en la mezquita) toda la familia asistiría.
Tenia mucho tiempo libre. Decidió ir al salón de belleza donde iba Jamila. A ponerse estupenda para Abdul, tinte, maquillaje, extensiones de pestañas y Halaula (depilación al caramelo).
Pasadas unas horas no se reconocía ni ella, estaba increible, en un rato pasaría a recogerla.
Abdul llegó puntual en su BMW deportivo, vestia estilo occidental unos pantalones blancos y un niky de color verde, estaba irresistible, ese color le sentaba de maravilla con su tez morena.
Salam Aleikum.
Aleikum salam, se dijeron.
Donde quieres ir?
Contigo hasta el final. Se asombró asi mísma de su respuesta y se sonrojó totalmente.
Abdul sonrió.
Fueron a unos jardines maravillosos, el cielo de Dubai lucía un azul bellísimo.
Abdul la cogió de la mano y le dijo.
Esto que está ocurriendo entre nosotros es maravilloso, pero tenemos que ser sensatos, lo he pensado mucho durante esta noche. Esto no puede ni empezar.
A Maria se le hizo un nudo en el estómago.
Nuestras culturas son muy diferentes y aunque yo he estudiado en Europa y conozco perfectamente vuestras costumbres, mi familia es de fuerte convicción musulmana, tenemos libertad de estar con las personas que elegimos, pero es preferente que sea de la misma religión.
No crees que el amor puede con todo, con las costumbres, con los arraigos ? Dijo Maria.
Abdul la miró y sonrió. Querida Maria, he quedado fascinado al verte, creo que ha sido un flechazo mútuo, pero en nuestra cultura los hombres, como tu bién sabrás no cambian sus costumbres, en todo caso es la mujer la que suele hacerlo, en el caso de ser de diferente convicción o credo.
Para una mujer occidental nuestra religión es complicada, llevar el niqab, las abayas, shailas, los ayunos. Jamila me comentó que no eres una persona religiosa, ni con disposición a serlo. Y aunque ahora me dijeras que cambiarias eso. Lo harias por mi, no por ti, eso ahora, y mañana? que sucederá mañana, es muy dificil saberlo.
Aunque aqui existe el divorcio, seria muy complicado, sobre todo si hay hijos de por medio.
Mi trabajo no me permite marchar a vivir a otro pais, además mi familia posee negocios importantes aquí, que yo llevaré cuando mi padre no esté en disposición de hacerlo. Todo eso complica las cosas, asi la mujer con la que me case, no es que tenga que renunciar a su libertad, pero como veras las familias aquí son numerosas y aunque tenemos servicio, las mujeres suelen estar en casa ocupándose de cuidar a los niños y a los mayores.
Maria, estaba desmadejada, era lo que menos se podía haber esperado de aquel dia que prometia tan feliz. No habia comenzado su romance como aquel que dice y ya habia recibido un mazazo descomunal.
LLévame al hotel Abdul por favor, no me siento con ganas de continuar, ahora tengo que pensar en todo lo que me has dicho.
Lo siento Maria. Dijo Abdul.
Asi lo hizo, el resto del tiempo lo pasó en su habitación mirando a la nada.
Aquello que empezó de forma tan espectacular, como en un cuento de hadas, había sido tan volátil como un espejismo.
Su encuentro con Abdul, se habia desvanecido totalmente como en un sueño que al despertar se recordara más como una pesadilla que como algo hermoso por lo fugáz que fue la alegria. Solo quedaba el dolor de la decepción..
El amor es un fraude pensó.
Al dia siguiente Jamila fue a verla sin avisar, la vio decepcionada. Sabia lo que habia sucedido. Abdul se lo había explicado.
La consoló diciéndole.
Esto que te ha parecido tan maravilloso, esta fastuosidad, mi adinerada y gran familia, mi hermano. Todo ello está muy bién para nosotros Maria. Hemos nacido así.
Un casamiento con una persona de costumbres familiares tan arraigadas y diferentes es muy dificil, nosotros ya venimos con las costumbres de nuestros ancestros, y aun habiendo estudiado en Europa, volvemos aqui con nuestras tradiciones y familia, tu lo ves en tu pais, las mujeres musulmanas siguen llevando sus abayas, niqaps, shadores, hiyabs, etc.
Ellas siguen haciendo sus tradiciones y rituales de ayunos y abluciones, como en su pais. Imagínate tú, aquí sin tu familia, con idioma diferente y tradiciones totalmente opuestas a las tuyas. El amor no es suficiente para vivir con ello, quizá si al principio, pero luego, añorarías tu pais, tu familia amigos, ropa, comida, el clima. Todo, Maria piensalo es mejor así.
Se que tienes razón Jamila, pero nunca me habia pasado algo así, quedarme tan fascinada por alguien y tan fastidiada a la vez..
Jamila sonrió diciendo. Caramba con mi hermano, no sabía que podía provocar tal fascinación.
De los planes de visitar otros Emiratos, quedó en nada.
Despídeme de tu familia, no me veo capáz de volver a verlos. Siento verguenza, dolor, dales las gracias a todos por su amabilidad. Pero no puedo. Ya pasará. Se abrazaron con una mezcla de cariño y tristeza.
Pasó los dos días que le quedaban paseando sola, tal como le pidió a Jamila que fuera.
Al los dos dias el avión de Emirates partia destino Barcelona. Estaba en la ventanilla mirando a ningún sitio, al poco de despegar, una mano delante de sus ojos le ofrecia una galleta. se giró a mirar, un atractivo joven, la miró y le sonrió.
Soy Manel de Barcelona, Te vengo observando desde que hace rato y no has movido una pestaña. Estás bién ?.
Hola, soy Maria de Barcelona, sonrió timidamente, gracias por preocuparse, estoy bién.
Empezaron a hablar, se les veia muy bién, Maria estaba muy animada. Aquel encuentro fue muy providencial.
El sol se iba poniendo, los anaranjados dorados y azules dibujaban el cielo de Dubai, una tímida luna empezaba a despuntar y le hacia guiños a un sol que como todos los días la miraba desde lejos embelesado enamorándose de ella, sin perderse ni un ápice de su eterno amor.
Manel se acercó a Maria para mirar aquel cielo desde la ventanilla, sus caras se rozaron un instante y sientieron aquella inmensidad.
Maria sintió un escalofrio. El amor era enamorarse cada dia de la vida, de nosotros mismos, de las personas, del mundo.
En ese instante Maria lo comprendió, el amor no era solo compartir con el ser amado, era sentir la magnificencia del todo, un instante con un desconocido, el canto de un pájaro, la mirada de un niño, compartir un espacio sin hablarse, una sonrisa.
La mayoría de veces esos momentos por su sencillez y cotidianidad los pasamos por alto sin darnos cuenta que la verdadera felicidad está en las cosas más pequeñas y que las experimentamos diariamente sin darle el valor que merecen, que la felicidad es lo que hacemos con nuestro día a día, en como miramos la vida, que lo de afuera es un reflejo de nosotros mismos, y que solos o acompañados podemos experimentarla, pues siempre ha estado ahi, esperando ser revelada y manifestada desde nuestro interior.
Y si, Maria se enamóró en Dubai, pero comprendió que primero habia de ser de ella mísma, luego lo demás surgiria de forma espontánea.
Ese fue su gran viaje. Nuestro gran viaje. El reencuentro con nosotros mismos, por ello el verdadero amor puede aparecer en el lugar más insólito. Porque además, en realidad viajamos siempre con él.
A que si familia y amigos del mundo?
Espero que esta historia haya sido de vuestro agrado.
Gracias siempre. Luz y progreso.